La Ley y la Gracia – HaToráh VeJesed

La Ley y la Gracia

HaToráh VeJesed

Tradujeron en la Biblia –Toráh-: Romanos -Romim- 6.14 “El pecado no se enseñoreara de vosotros, pues no estamos bajo la ley sino bajo la Gracia”.

VeHajet Lo Yishtarer Aleijem Ki Einjen Tajat Yad HaToráh Ki Im Tajat Yad Torat Jésed.

Tenemos que partir de las premisas que Pablo o Rav Shaúl no estaba escribiendo en griego ni en el pensamiento griego, él era Rabino Judío –Iahidí-, con una mentalidad hebrea –Ivrít-. Además, él era Qabalista, y nunca se refirió a la palabra Ley Nomos -griego-. La palabra se traduce Toráh en hebreo –Ivrít-.Y tampoco se estaba refiriendo a la Toráh, aquí se está refiriendo a Réga.

En el Universo (Almá – arameo) hay un orden que es el orden del Kadam, que es el que lo rige, no necesariamente una ley. La ley no se altera pero el orden sí. Por medio del Réga, que es oportunidad de rectificación, diferente a Tikún que es la terminación de Réga es decir el final de un Gilgúl o ciclo.

El universo (Almá -arameo) hay varios ordenes, de acuerdo a los billones de los mismos, en este universo uno de los órdenes principales es el Orden de Malki-Tzedeq, o Melquisedec, o Maquiaventa.

Ese orden trajo las enseñanzas de la Toráh y los conocimientos superiores conocidos acá como Qabalah que es instrucción.

En el libro de Daniel, hay un ejemplo El Rey Belsasar –Belshatzar- estaba embriagado y trajo los vasos del templo: y bebió en  ellos y vio una mano que escribía en la Pared según la interpretación de Daniel: “Pesado has sido en balanza y has sido hallado falto-Teqilta VeMozanya VeHishtejajat Jasir-”. ¿Cuál es esa balanza? De acuerdo es la balanza de las tres letras hebreas Alef, Mem, y Shin.

Estas letras son la balanza de la terminación del Réga, y el Tikún, es decir la terminación del ciclo de oportunidad. Las tres letras madres: Álef es El principio o madre Mem agua, Shín es fuego. Nos da a entender que en la balanza se nos pone en un balance de positivo y negativos o consecuencias y karmas,  no pecados en si como dicen las letritas abajo es el balance de lo positivo y negativo.

Entonces vamos a las Sefirót en el Árbol de la vida -Etz Jayím-: Jésed y Guevuráh, traducido juicio y Misericordia. No podríamos traducir, no estamos bajo el juicio, sino bajo la misericordia. Pues este es el balance. Tampoco se debe decir juicio más bien es Réga como había dicho antes entonces estamos en el balance de oportunidad de Réga y Tikún.

Tampoco es asunto de pagar nada. Veamos que nosotros tenemos en la vida dos caminos llamados  Derej y Netivot. Derej es el albedrio, tomar decisiones, y Netivot es nuestra predestinación  lo que tenemos que hacer en las vidas, no importa en donde estemos.

Lo que no se ajusta al Netivot tiene que hacerse en el Derej, algunas cosas se pueden arreglar con Kapará otras no.

La razón es que somos parte de un engranaje universal  con una misión específica, que otro no lo puede hacer, solo nosotros. Por eso cada uno es importante en la vida.

Todo este universo (Almá – arameo) se mide en esta balanza, no existe el tiempo ni el espacio. Pero si el Gilgúl.

El Gilgúl tiene Réga y Tikún. Comenzando por todo lo físico, y lo espiritual.

La tierra, el sol, los sistemas solares, las galaxias, los universos (Aretz – Shemesh – Reqiyá), todos viajan a velocidad increíble en un Gilgúl hacia un Tikún universal. La meta suprema (Majshevet HaBeriyáh) es que todos cumplan el Ratzón o propósito del todo.

Los Gilgulím o ciclos comienzan y terminan no en tiempo o espacios, marcados más bien en tarea  cumplida.

Todo tiene que hacerse una y otra vez en cada ciclo en cada dimensión o frecuencia finita o infinita.

No estamos bajo una ley que nos castiga, más bien en un orden total que tenemos realizar, y no podremos parar hasta rectificarlo. Y esta es la razón de las transmigraciones sea acá o en otros mundos (Almá – arameo).

Por eso no estamos bajo una ley castigadora sino más bien en una  Réga, continua hasta terminar.

A veces tenemos diferentes Réga, unas veces para enmendar asuntos propios, y otra es que se nos manda a ayudar a otros a quienes lo necesitan. Por eso me acuerdo de miles de encarnaciones y transmigraciones.

Acá estamos bajo un orden el de Malki-Tzedeq. Luego entramos a otros según la necesidad.

Continuara. Shalom

Dr. Pedro Ortiz 12-8-2011